¡Amateur!

Por Alvargonzález; 6 de octubre del 2003

‘Dentrada’, directo y a tus ojos, te pido un favor fundamental: ¡cuidado con las palabras! Mira, es que son como los billetes que tanto los usamos y necesitamos todos los días… pero que si ahora mismo te pidiera que me dijeras cuál o cuáles motivos heroicos aparecen en su facia seguro no sabrías responder. Cada billete tiene un diseño formal que hipotéticamente rinde culto a figuras relevantes de la mexicanidad, pero simplemente los manoseamos sin caer en la cuenta de lo que representan aparte de su capacidad de intercambio. Y con las palabras ocurre lo mismo: las intercambiamos –más con la lengua que con la mano–, sin que tengamos tiempo de percibir su profunda sonoridad. Dicho lo anterior paso a lo siguiente: a la gran necesidad que tiene la ‘suaveáspera’ patria de ¡amateurs! Sí, como el que aparece en la foto que acompaña las mis-tuyas líneas. ¿Te explico algo?

El lenguaje, como las razas, como todo –incluso los minerales–, no es puro. Mezcla enriquecedora, siempre y cuando se realice con galanura. ¿Mestizaje? Eso es y eso somos y Guadalajara es hija de mezclajes realizados en etapas sucesivas. De hecho en el siglo 19 arribó al Valle de Atemajac, y sus particulares razones tendría ca’quien, una notable cantidad de franceses. Apellidos como Richaud, Brun, Lebre, Henonin etc., empezaron a resonar en el ámbito comercial y social aquí. Siglo aquel cuando aún el francés era la lingua franca de la ciencia y todo ‘buen’ tapatío debía saberla. ¿Amateur? Palabra bien francesa que se mezcló con nuestra habla habitual, y que no significa otra cosa que ‘amador’ o ‘amante’. ¿Se requieren ‘amantes’ ‘hoyendía’ y aquí? ¡Cuidado con las palabras! Se requieren no en el sentido colágeno del término –de la cintura pa’bajo, que de esos muchos– y sí en el sentido sesual, o sea de los hombros hacia arriba y hacia la sesera: individuos que amen su quehacer creativo apasionadamente. De ese rango es el descendiente de aquella oleada que de la Francia llegó: el Dr. Enrique Estrada Faudón. Mezcla local.

Su vocación troncal, la de médico (U de G 1953). Sin abandonar nunca su quehacer como médico –todo es administrar el tiempo–, se enamoró de la tierra tuya y mía. Pocos como él saben aquí de la estructura geológica jalisciense; de esas piedras que para los neófitos nos son tan iguales, pero que narran mucho de los milenarios tiempos idos: tobas, andesitas, pizarras, comptonitas…. ¿Botánico? Pocos como él pueden diferenciar aquí la ‘bachalaris multiflora’ de la ‘mullembergia graminea’. “Es que soy amateur…” me dijo. Y es que omití decirle lo que a ti te digo: que  grandes tirones de la ciencia se han dado gracias individuos que –títulos y pergaminos aparte–, han amado su quehacer. ¿Verdad que sí Darwin? ¡Se solicitan amateurs!

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Con motivo del quinto aniversario de su partida a la zona del silencio, Radio Universidad de Guadalajara (104.3 de FM) con el apoyo de la Asociación Civil ‘Alvargonzález el Vallero Solitario’, transmitirá material inédito de Álvaro González de Mendoza, del lunes 14 al viernes 18 de julio a las once de la mañana.