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Botámenes y Boticas

Por Alvargonzález; 2 de diciembre del 2002

“Con lo caro que están las medicinas, ni ganas me dan de enfermarme…” dice un hipocondríaco amigo a quien apodan la Sra. Zárate porque nomás empiezas a platicar con él y te muestra ¡la última receta que le dio hoy el médico! Lo bueno es que ni tú ni yo somos hipocondríacos. ¡Salud! ¿Estornudaste?

La malsana costumbre de enfermarse –y permíteme redecir eso de ¡oh miseria humana!–, es la base de sustentación de lo que en la ciudad comenzaron llamándose ‘boticas’ y que ahora van en macrotiendas de todo tipo de elementos sanadores. Sin ser analista de asuntos económicos, a simple golpe de vista me parece que no es mal negocio eso de las enfermedades ajenas. ¿Será?

Permíteme meterme en asuntos privados: ¿está bien provisto tu botiquín doméstico? El diminutivo significa que en toda casa hay una pequeña botica, si bien la palabra dejó paso a la más moderna de ‘farmacia’. Y fue el muy bizantino término de ‘aphotikein’ el que dio como derivado el nombre de un negocio atendido ¿por quién más que por los boticarios? Seres o individuos aquellos que con una preparación más empírica que científica, eran sabedores de un sofisma irreductible: si la última, nadie, las intermedias, cualquiera. Me refiero a las enfermedades, claro. ¿Es que en Houston hay cura para la enfermedad terminal personal? ‘Crioqueno’…

Boticarios como Lázaro Pérez, González Aréchiga, y el mismísimo Juan Jaaks el de la Botica Alemana fundada en 1863 (¿recuerdas que hablamos de él como inaugurador de Mezquitán?) con sus fórmulas magistrales preparadas con el misterioso contenido de los botámenes o pomos de porcelana, sanando así a la ciudadanía doliente. ¿Droguerías? Mira, espero en la foto añeja alcances a ver que también dice ‘droguería’ porque era sinónimo de lo otro; pero ‘hoyendía’ si inauguras un negocio con ese nombre causarías inflamación de oreja en la PGR.

Me da la impresión que las palabras también se enferman. ¿‘Nacional de Drogas’? Te juro que en la esquina de casa por Juárez, en el ‘cincuentaitantos’, había un negocio que así se llamaba: nacional y lo otro, tal cual. Nombre impensable en los tiempos muy corrientes y actuales. ¡Imagínate la clientela!

Boticas o farmacias, por buenas que sean lo mejor es pasar, verlas, y no necesitarlas. Mucho menos algo que suene a droguería. ¡Salud!

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2 comentarios en «Botámenes y Boticas»

  1. Ay Álvar, ahora sí te luciste con tu mente de médico con las palabras que me llegaron a sanar de tantas enfermedades que por la vía de la tele sobre todo me instalé en la mente y de ahí ¡al cuerpo!, prefiero ser adicta a este espacio maravilloso, que extraño en voz viva, pero me recrean los comentarios de los demás compañeros, a ver cuándo nos conocemos en vivo porque es muy sana la conversasana

  2. Efectivamente no te enfermes; no solo las medicinas son caras, también la consulta con el médico, los estudios, y el hospital. El servicio más malo, caro, y peligroso es el IMSS, hay que rogar y suplicar que nos atiendan. Los empleados asegurados pagan para mantener parásitos con salario y pensiones altas.

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