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Desfile y Puente

Por Alvargonzález; 14 de enero del 2004

Todavía es legible con un poco de esfuerzo y a pesar de que ya está a punto de cumplir 300 años de estar donde aún se encuentra. Legible o no, los entre 80 y cien mil que pasaron por allí aquel 14 de enero de 1811, te aseguro que no le prestaron mayor atención; y como estoy seguro que no alcanzarás a descifrar lo allí escrito, mejor lo transcribo: “Se hizo la Casa y Puente a petición solicitud y personal licencia al señor Licenciado D. Antonio del Real y Queisada al Consejo de Su Mag (estad) Oydor de Guad (alajara) a 1718”. Tal cual, y leyendo la inscripción podemos darle dos rumbos a nuestro encuentro aquí y a propósito de una casa y de una puente que tendría como nombre oficial ‘La Puente de San Antonio de Teherán’. ¿Has oído hablar de él-ella? Claro que sí, aun sin saberlo, pues se trata del llamado Puente Grande que le presta nombre a sombría zona.

Antes de llegar a la efeméride, la queja inútil. Si consideras que el tal puente fue construido andando el siglo 18 para simplificar el paso de carruajes en donde existía un río caudaloso (ahora es una cloaca infame), la obra tiene mucho de meritoria. Incluso, tal vez recuerdes, en tiempos coloniales se decía que el diablo lo había construido y no por otra razón que parecía un muy improbable proyecto humano. Eso es, con sus más de 20 arcos sustentantes cimentados en el lecho del que fuera Río Santiago y empatadas las piedras labradas, con una argamasa primitiva, es un prodigio de ingeniería que durante décadas ha soportado vehículos cuyo peso decuplica o más el de los carretones de tracción animal. Y allí está… destruyéndose y sin que nadie haga nada. Las pilastras rematadas unas con figuras de frailes y otras de infantes reales, cuarteadas y desmoronándose por la trepidación ininterrumpida durante las 24 horas. ¡Qué más da! Incluso durante el republicanismo efervescente del 19 se defaciaron los escudos que daban cuenta de su realeza. Es una obra única en todo el continente, pero ya que se caiga ‘pos’ hacemos uno nuevo y hasta mejor…

Pero te decía que aquella mañana de enero del 811 un gran desfile de tropas abigarradas empezó a cruzar el puente. Se trataba de un gran contingente que al supuesto mando del Generalísimo Hidalgo hiciera el recorrido de 10 leguas entre Guadalajara y el Puente de Calderón –otro en el Camino Real, que no era aún nombre hotelero–, donde se iba a cocinar un trozo de historia patria; trozo que por indigesto no es muy recordado. ¿Calderón? Que yo sepa los calderos servían entre otras cosas para eso, y de la resultante mal condimentada en aquel calderón intentaré contarte algo la próxima ocasión. Te busco el lunes y con lo mismo: La Historia no es lo que ha pasado, sino lo ‘pocomucho’ que sabemos tú y yo de todo lo que ha pasado. La Historia es en sí un puente ¿grande y en ruinas?

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2 comentarios en «Desfile y Puente»

  1. Y la gente admira a Europa, con su conservadora fachada, hasta paga por ir y aquí destruye lo que admira lejano.
    Fue tan cruel y sin piedad la invasión europea, que resultamos ¿adoradores de esos traumas nacionales? que no de las virtudes europeas de CONSERVAR SU HISTORIA; pues aquí al revés, todavía solita la gente se corta las raíces, sabiendo o no que sin esas raíces “vida no hay”.
    Ojalá que al visitar estas hechuras se compartan y hasta sirvan de viaje gratuito que engrandezca nuestras vidas cuidando nuestras raíces.

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