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Muchos Nombres, un Gran Hombre

Así y Allí

Por Alvargonzález; 15 de abril del 2002

Muchos Nombres, un Gran Hombre

Muchos Nombres, un Gran Hombre

Dentro del campo enorme de las aspiraciones humanas, una discreta y soterrada: la pavimentación del nombre propio. ¿No se te había ocurrido? Digo que, andando el tiempo, y en reconocimiento a tus méritos, una calle lleve tu nombre. Destino un poco extraño el de los individuos superlativos: acabar siendo transitados y sitios destinados a ser referencia en caso de accidentes viales: “terrible choque en la calle (a vanidad) tal…”. Pero el destino resulta ser más extraño cuando el pavimentado nombre deja de tener contenido, y en casos como el aquí mostrado, la nomenclatura callejera parece denotar problemas serios de identidad: ¿Mariano de Bárcena, Bárcenas o Barcena?

¿Quién fue, qué hizo, y –finalmente– cómo en realidad se llamó? Mariano se llamó, y vivió en el siglo 19 (de hecho, muere en 1899). En este caso concreto, bien merecido el que una calle lleve su nombre, pues se trata de alguien que luego de aprendido el oficio de talabartero, decidió seguir aprendiendo más, más y más, a tal punto que en sus años adultos recibió de manos del mismo Rey Alfonso XIII la condecoración de la orden de Isabel la Católica.

Luego de concluir la preparatoria en Guadalajara, se marchó a la capital para estudiar ingeniería, y tanto destacó en el campo de las matemáticas, que fue el fundador y primer director del Observatorio Nacional Meteorológico. Su descripción de las erupciones del Ceboruco, sus investigaciones en botánica y aportaciones para el mejoramiento de las técnicas agropecuarias, le valieron numerosos reconocimientos nacionales y aún internacionales.

Todo eso bien, sólo un pequeño defecto en su homenaje callejero y pavimentado. De hecho, su nombre fue Mariano de Bárcena. Muchas placas en su sola calle; varios nombres para un sólo prohombre. Ni modo. Espero que cuando lleve tu nombre alguna calle no se equivoquen al escribirlo. No es mucho pedir, ¿o sí?

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2 comentarios en «Muchos Nombres, un Gran Hombre»

  1. Me encanto conocer quien fue este personaje ilustre y saber su nombre correcto despues de las variadas versiones en las placas de nomenclatura a lo largo de la calle que lleva su nombre, todo gracias a nuestro querido Vallero.

  2. Muchas calles para tan pocos hombres y para menos mujeres aún, que las bauticen.
    Mucho pedir el no repetir nombres en muchas ciudades mexicanas.
    Muchos lugares merecerían llevar el membrete de los transeúntes locatarios, que de manera sin igual, elevaron sus cualidades a un grado memorable y grato, de mucho provecho para el resto de la sociedad.
    Muchos habitantes tal vez tendrían valiosos ejemplos, como el que Álvar y su grupo de tercos y tercas seguidoras, siguen alentando en nuestra perlada y bella tapatía ciudad.

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