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Araguaney

Por Alvargonzález, 9 de febrero de 2004

Hace años, cuando aún tenía vínculos con una tal BBC, vinieron de Londres unos periodistas a grabar ‘in situ’ (¡uf!) algo que fue denominado en los mercados internacionales como ‘El Efecto Tequila’ ¿Te acuerdas de cuando la trepidación monetaria del ’94 y del despertar a la realidad luego de que supuestamente el TLC nos iba a convertir en ‘primermundanos’ alejados del ‘tercermundismo’? Total, los ingleses decidieron venir a la tierra del tequila para hablar de eso: de la cruda realidad monetaria mexicana y de sus repercusiones globantes.

Como buenos ingleses, con anticipación y a larga distancia preparamos una agenda a la que había que ajustarse milimétricamente, y nomás llegaron y todo fue arrancar la carrera fílmico informativa contra reloj. Pero de pronto ocurrió algo inesperado: íbamos por La Paz, avenida claro, y la dictadora -el epíteto de ‘productora’ no ajusta para describirla-, me espetó en su britón tono imperativo un ¡stop! inconfundible. Y nos detuvimos. La causa no era otra que la espléndida floración de las Primaveras que hace cerca de 40 años fueron plantadas cuando el ‘goberenturno’ amplió la callejuela para hacerla avenida. Contra el cielo azul de febrero reventaba el amarillo lujuria de las flores, y eso me permitió descubrir fugazmente un rasgo humano o de sensibilidad en aquella capataz y no sé qué tan capaz ejecutiva y típica mujer inglesa. Empezó comparando la chaparrez de los ‘Cherry Trees’, los mismos que son un espectáculo a orillas del Potomac en Washington, y que en Londres también florecen al inicio de la primavera. Lo de ‘cherry’ es por el color de sus flores, no porque den cerezas y ciertamente son hermosos pero carecen de la monumentalidad de esa planta de la familia de las Bignonáceas, del género Tabebuia del cual la Chrisantha conocemos tú y yo como ‘Primavera’, más allá de tecnicismos botánicos impresionantes. ¿No? A los ingleses boquiabiertos por el espectáculo floral y no por el efecto tequilero económico, les dije naturalmente que los primaverales árboles son parte del paisaje. ¿Son? Más bien, fueron.

Nos quejamos hasta hace poco de la rudeza del invierno (¿tú no?) pero las tales Chrisanthas no detuvieron su proceso florificante y ya han reventado febrero apenas iniciado. Claro, como ya no tenemos tiempo para la contemplación de la belleza, los que transitan por La Paz no tienen eso, la paz suficiente para admirar el espectáculo. Pero flores aparte, y símbolo inequívoco de que Guadalajara está en el trópico candente, su madera fue tan preciada que ya no se ven los montes costaneros encendidos de flores; arrasaron con ellos. Ya no es parte del paisaje pues el Sr. Talamontes hizo gran negocio vendiendo el pie cúbico de tan resistente y duro maderamen. ¿Bellas las Primaveras? Y tanto que con el nombre de ‘Araguaney’ son el árbol nacional de Venezuela. Te digo, si tienes tiempo pásate por La Paz y míralas.

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6 comentarios en «Araguaney»

  1. Es un gran alivio La Paz con los Aranguaney que nos quedan a las y los tapatíos.
    Es un verdadero contraste entre los demás tonos que van transformando a nuestra ciudad, donde la verticalidad va llegando a tapar hasta el sol vital.
    Invito a visitar La Paz en paz y si les ajusta su reloj y la tecnología, pueden aquí compartir algunos ejemplares de esas maravillas que cada año al igual que este relato, son los artistas que tanto atraen nuestra atención sin distingo de nación.

  2. Pingback: Comienza a florecer avenida La Paz | MetropoliBlog

  3. Son cosas que suceden sin querer, no te preocupes! Y bueno, les comentaba que todas las mañanas transito por la avenida La Paz, y lo mejor es el tramo entre Federalismo y Díaz de León, la parte poblada de primaveras, y en estos días el mejor momento es detenerme un rato, oir música y beberme el café del oxxo bajo de una primavera felizmente amarilla… Saludos!!

    1. Estimado Jaime -el del radio, del café del oxxo y las primaveras-; se nos fueron las cuatro y cometimos el grave error de eliminar tu comentario. Por favor, discúlpanos y haznos llegar nuevamente tu comentario… estamos muy apenados.

  4. Los fuereños agudizan más sus sentidos al conocer el lugar que visitan. Nuestra ciudad goza del reconocimiento de su clima muy preciado basado en sus recursos naturales, por lo que aprecio a extremo la recomendación del vallero pues la naturaleza se nos va en un abrir y cerrar de ojos.

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