Y Luego…
Por Alvargonzález; 9 de noviembre de 1996
La historia del día –totalmente fresca y acabada de cortar de un diario con tiraje millonario– es tan absurda como tantas otras; o tan precisa, o tan inteligente, o tan necesaria, o tan…
“Científicosnorteamericanos –y así de corrido suena mejor– afirman…”. ¿Qué? Veamos el caso en turno. ¿Sabes dónde queda la Isla de Akilia, al poniente de Groenlandia? Pues allí fueron investigadores del Instituto Scripps de Oceanografía de la Jolla (de paso te digo que los cartógrafos de la Colonia denominaban “jollas”, tal cual, a cuencos terrestres como esa pequeña bahía californiana repechada contra el cerro; no “joyas”, como le dicen a su espacio de investigación unos científicos jaliscienses allá por Manantlán). Pero te estaba contando de los brillantes descubrimientos hechos por los que todo descubren, para tu tranquilidad y la mía, y espero que tu vida se transforme luego de que sepas lo que encontraron dentro de un trozo de Apatita de Groenlandia.
Ignoro cómo se financian las expediciones, pero esa es una duda secundaria en un continente –tan Americano como enorme– en el que según parece sólo un país es solvente. Mala suerte para los demás países, ¿no te parece? Pero el caso es que el último descubrimiento de científicosnorteamericanos dramáticamente evidencia que la vida en la Tierra ¡comenzó 400 millones de años antes de lo que tú y yo creíamos! Espero que al enterarte hayas sentido un estremecimiento semejante al que yo experimenté. ¿Ya recuperaste el aliento? Pues sí: los vestigios encontrados en los que se cree son los sedimentos más antiguos de la Tierra, señalan que formas elementales de vida ya existían hace ¡tres mil ochocientos cincuenta millones de años! Estoy tan conmocionado que apenas sí puedo escribir tan magnífica noticia científica que me está sacando del error. Mira, no sé cómo he podido vivir 18,165 días (como vivo al día esa es precisamente mi edad) creyendo erróneamente que la vida se había originado en el planeta 400 millones de años después de la fecha correcta ahora anotada por científicosnorteamericanos…
Por favor no confundas la Apatita con la Apatía, pues la primera es un mineral (en mi vida había oído hablar de él, pero ahora ya sé que hay en Groenlandia), y la segunda es una característica de la vida vegetativa de quienes no se conmueven ante los avances de la ciencia. No es tu caso ni el mío, puesto que no podemos seguir siendo los mismos a partir del hecho expuesto por los de La Jolla, de que este planeta que nos estamos acabando sistemáticamente tiene una edad de 4,500 millones de años. Todo eso derivado de un trozo de Apatita.
Stephen Mojzsis y Gustaf Arrhenius –¡esos sí son nombres de científicos!–. Imagínate que la nota comenzara diciendo: “Pedro Ramírez y Gustavo Cendejas acaban de descubrir la verdadera edad del globo y de paso averiguaron cuándo se inició la vida…”, sencillamente no les creeríamos, pues para ser científicos hay que tener nombre de científiconorteamericano. ¿Cómo te suena John M. Hayes? Esos son los nombres de la terna de los descubridores de vestigios de RNA y DNA en el pedrejón de Groenlandia, y si ellos lo dicen, no nos queda más remedio que creerles y ajustar toda nuestra existencia a la luz de los últimos descubrimientos dejando la apatía de lado.
¿Te acuerdas de Lucy? Sí, ella, nuestra pariente remota y que anduvo por Kenia. Ella, la encontrada por ellos, los omnipresentes y tododescubrientes científicosnorteamericanos. No es que yo sea racista –tú tampoco, ¿verdad?–, pero sí me sorprendió que me dijeran que originalmente fuimos negros. Quesque hace tres y medio millones de años –lo cual no es gran cosa mirando ahora la edad del planeta–, nuestra ancestral Lucy vivió en África. Lo cual, viéndolo bien, significa que los blancos no somos otra cosa sino una degeneración racial del tronco original negro.
Descubrimiento aquel de Lucy tan sorprendente como transformante de todo. ¿O no? El Banco Mundial, obra de blancos, decidió reestructurar África –también desmadejada por los blancos– a fin de hacer vivible para los negros el continente original de la Humanidad. ¿No es cierto? ¡Claro que no es cierto! Científicosnorteamericanos descubren todo, ¿para qué? Decir que para felicidad tuya y mía, y que podamos decir “ahora ya sabemos”, me parece un motivo un poco egoísta.
Gastos monumentales en un continente tan Americano como quebrantado del Río Bravo a Tierra del Fuego. Ignoro cuánto les costaría ir por Apatita a Groenlandia, pero un dato del artículo que de rebote te estoy citando te dará una remota idea de las sumas usadas en investigaciones que nos ponen de frente a verdades anheladas y tranquilizantes: el ión microprobe de alta resolución que permite a los científicosnorteamericanos analizar los componentes infinitesimales de la Apatita, costó ¡tres millones de dólares! ¿No servirá el aparatejo para analizar los microponentes de un sistema económico profundamente inoperante y que despide un olor putrefacto mientras se carcome el planeta? Tendríamos que preguntárselo a Mojzsis, Arrhenius y a Hayes allá en la Jolla.
Científicosnorteamericanos descubren que es un trozo de Marte un meteorito que encontraron en La Antártida; descubren la prodigiosa red de caminos que vinculaba al Imperio Maya; afirman haber encontrado las trompetas que derribaron las murallas de Jericó…
Te digo, mientras los científicosnorteamericanos sigan investigándolo todo, lo único por lo que tenemos que preocuparnos tú y yo es casi por nada, ahora que ya sabemos que en el planeta la vida se originó 400 millones de años antes de lo que sospechábamos. ¿Son muchos o son pocos esos 400 millones de años? ¿Son pocas o muchas 400 millones de imbecilidades?
Táte bien.
Vaya con la «apatita», que todos y todas traemos como ingrediente loco-motor, es decir en los huesos y dientes, venido a ver-leer, que por una piedra se calcule tanto tiempo y rastros de vida.
Y eso de que aquí no hay científicos, es como dice Álvaro, cuestión de difusión.
Magnífico relato y motivación a ir «al día», como la vida misma.
Algunos argumentan que la muerte es un gran misterio, pero no, el gran misterio es la vida. La vida unicelular es una maravilla, ahora una célula que se reproduce unas 75 000000 000000 con el mismo código genético, pero con algunas variantes para formar un cerebro, ojos, oídos, sentidos del tacto, olfato; sistemas nervioso, esqueleto, digestivo, etc. Que piensa, siente, se emociona, se comunica, y es creativo. Entre más comprendamos ése proceso de vida que empezó hace 400 000000 de años es mejor para valorar lo que somos.
Vaya que si somos muy valiosos, somos un cúmulo de lo mejor de la evolución.
Magnífica reflexión. Saludos