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Víctima Revolucionaria

Por Alvargonzález; 20 de noviembre del 2002

Don Porfirio culminó la obra iniciada por Don Sebastián y el ferrocarril resultaría sin duda la gran aportación porfiriana para vertebrar un enorme y disímbolo territorio. Tan útil fue que hasta serviría para revolucionar a México. Claro, sin él hubiera sido impensable eso que fue tantas cosas y no pocas aullando aún por explicación lógica, y todas englobadas en un genérico: La Revolución.

Corriendo marzo, desde aquí traté de contarte una olvidada efeméride: la de aquel marzo del 888 cuando el tren llegó a Guadalajara y de lo que aquello significó al derrotar con técnica las distancias: en vez de 12 días para llegar a la Mesa Central, en sólo 12 horas… Lo impensable durante cientos de años, se había convertido en realidad, y con una ‘ratio’ o proporción inimitable hoy a pesar de la tecnología. Saca cuentas: en vez de 288 horas, ¡sólo 12! Para reproducir la compactación abreviante tiempo-distancia entre ferrocarril y diligencias que se dio en el 888, necesitaríamos ‘hoyendía’ algún transporte que hiciera menos de diez minutos a la monstrua capitalina.

En 1911, puntual el Tren Dorado puso en Veracruz a Don Porfirio; el Ipiranga lo esperaba para llevarlo a su destino final en el Montparnasse parisino. En 1914, el ferrocarril puso al jalisciense ‘Chacal’ -sic dogma recitat-, en el mismo puerto y camino a España. Y ándate que no siempre muerto el perro la rabia muere: La Revolución se trepó en el tren e inició un magnífico espectáculo de luz y zumbido balístico: ¡todos contra todos!

Los días de Díaz, cosa del pasado; Huerta indio sin huerto ni palacio, pero pos ya entrados en gastos ¡pos vámonos dando! Y para ello nada mejor que los ferrocarriles: “‘ahi’ ‘tespero’ Villa, en Celaya…”; “‘ahi’ ‘sipuedes’ Carranza llegas con los Supremos Poderes a Veracruz en el mismo tren de Don Porfirio…”; “desde Agua Prieta ‘ahí’ les vamos -puro Norte-Sur-, los sonorenses…”; “en la cuesta de Sayula ganamos los obregonistas porque al tren villista se le ‘chorriaron’ los frenos y se murieron cientos de malditos villistas…”. ¡Nos llevó el tren…! ¿Pensable La Revolución sin trenes? No.

Máquinas locas, descarrilamientos, voladura de puentes, sangre, sangre y más sangre. ¡Viva la Revolución! Muera… ¿quién? Quien no sea de mi bando; tolerancia cero y descarrilamiento mucho. ¡Viva La Revolución! ¿Cuál de todas? ‘Ahimedices’, y también si averiguas ¿qué ocurrió con los ferrocarriles nacionales tan revolucionarios?

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3 comentarios en «Víctima Revolucionaria»

  1. Pues yo solo me subí una vez y no fué en el vagón de primera, así que puedo decír que viajé pero en las condiciones de hace 100 años.

  2. Y ahora…. ¡Que absurdo es creer o pensar que un criminal o grupo organizado del crimen del narco tenga interés y paciencia en exhibir sus victimas! Lo viable o lógico de ese interés en exhibir víctimas es POLÍTICO (manipular borregos ignorantes). O el PRI o el PRD. son los posibles interesados exhibir muertos en los Arcos del PAN.

  3. Hace varios años ya, a mi papá se le ocurrió ir a visitar a los parientes en Manzanillo, iría mi abuela y mi tía (en paz descansen).
    Mi abuela quería irse en tren porque le daba más confianza, saldríamos a las 5 A.M. pero mi padre terco nos llevó en camión por ser más rápido.
    ¿Por qué a mi padre se le ocurrió que nos fueramos en camión? Hubiera sido maravilloso subirse a ese gran mostruo.

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