Por Alvargonzález; 16 de diciembre del 2002
A propósito de esa vieja mansión –la miras allí entre añeja y cadente (así)–, de pronto me gana la gana de hablar de un asunto de profunda intrascendencia como tantos otros que acometo. ¿Acentos? En lugar de hacer análisis arquitectónico de esa reliquia porfiriana ¿dedicar el valioso espacio periodístico a hablar de acentos? Qué quieres si es una de mis obsesiones más allá de lo gramatical: ¿dónde los acentos poner? Y todo porque ‘stress’ puede significar también eso: acento, claro, en inglés…
Una primera afirmación: los medios pueden modificar acentos, ortográficos o fonéticos (y también los sociales o políticos). Circunscribiéndonos a lo ortográfico hay tres tipos de palabras: esdrújulas, graves y agudas, y si confundimos esdrújulas con graves el asunto puede cambiar: no es lo mismo la pérdida de la doncellez a que la doncella ande perdida… ¿O sí? Pero esas cuitas virginales son nada comparadas con la noche aquella cuando Don Jacobo y Don Novo (entonces cronista del DF) –vía canalón de televisión– nos arrebataron la inocencia diciendo que Tenochtitlán y Teotihuacán pasaban a ser Tenochtitlan y Teotihuacan. Pérdida brutal de brújula filológica; tal cual.
En filología hay una norma inflexible: la lengua no se equivoca colectivamente. ¿Pruebas? Voy a cometer un atentado ortográfico al marcar acentos que no van pero que según la norma Jacobo-Novo con su televisivo decreto debían pronunciarse así: ‘Tepatítlan’, ‘Jalostotítlan’, ‘Acátlan’, ‘Aútlan’, ‘Tecalítlan’, ‘Tenamáxtlan’, ‘Teuchítlan’, ‘et-cetéra’ (mira, también al latín le cambio el acento de acuerdo al decreto jacobeo del ‘setentaitantos’) Pero ¿eso qué tiene que ver con la vieja casa de la foto? Mucho.
En el entrecruce del 19 al 20 fue inaugurada la primera colonia excéntrica de la ciudad. Fuera, lejos del centro. ¿Su nombre? Colonia Moderna. Para vincularla con el casco urbano –ve los planos de época–, calles de menor o mayor anchura. Una tuvo el nombre de Tolsa (no Tolsá) y porque un Coronel Tolsa tenía por aquellos rumbos huertas extensas y notables. Absolutamente nada que ver con el diseñador del Hospicio. Nada. En cuestión de apellidos hay Moyá y Moya; Gortázar y Cortazar; Gállego y Gallegos. Sutiles diferencias.
Allí la foto de la última mansión perviviente de la que fuera Calle de Tolsa, y que se salvó de la piqueta porque sus dueños la protegieron. Allí está, en una ahora rebautizada avenida, pero a la que hace años cuando aún era Tolsa, una campaña radial de extinta tienda la hizo Tolsá.
Te digo… cuando el hertzio cae sobre algo, por ignorancia o conveniencia, puede alterar los acentos colectivos… ¡Cuidado!
Que interesante texto, alguien sabe a cual «extinta tienda» hizo referencia Don Álvaro? Gracias y saludos.