Por Alvargonzález; 22 de diciembre del 2002
La cuestión era preocupante pues qué tal si en vez de detenerse y retroceder, se escapaba y seguía de frente; la consecuencia sería la oscuridad total. Pero por razones que aparentemente tenían más que ver con magias y sortilegios que con la física y la ciencia, llegaba a un punto máximo de desplazamiento lateral sobre el horizonte y comenzaba invariablemente su retorno. El hecho se repite año con año y hoy se dio ¿lo percibiste? (22 de diciembre de 2002). No creo, pues además el sigiloso evento astronómico-solar, segundo-veral o solsticio de invierno, se registró cuando apenas iniciaba la madrugada: a la 1:04 am para ser precisos (7:04 gmt). Pero igual: lo que para ti y para mí ya no resulta ni sorprendente ni advertible, fue durante miles de años un hecho digno de celebrarse, y ello originó lo que fueron los milenarios cultos Mitrales o los ritos en honor de Ahura Mazda; fiestas luminosas, o en honor de la luz. Lo sorprendente es que prevalecen asimiladas por otros cultos y culturas, ¿alguna vez te has preguntado por qué en navidad tanta profusión de luces e iluminaciones? Te digo: somos ancestralidad barnizada de modernidad. Si el sol no se detenía, ¡la oscuridad! Entonces era necesario invocar a las divinidades para que el sol se detuviera y que comenzara a retroceder, a ir hacia el primo-veral del año para calentar, y aquellos creían que lo mejor para convocar la luz era así: con fuego iluminante.
Ya me preguntarás por qué hoy puse esa anacrónica expresión de entrada; ese ‘táte’ intrigante. Por una simple razón: porque si le pones una simple ‘s’ al comienzo percibirás la solidez del término y bien que lo seguirás entendiendo. Resulta que nuestro común y maltratado lenguaje también es hechura milenaria, y esa consonancia que se forma al pronunciar ‘stá’, proviene de la troncal indoeuropea que es el sánscrito, de donde el latino verbo ‘stare’ o el anglosajón ‘staying’. O sea que el término ‘sol-sticio’ no es otra cosa sino decir, o invocar, que el sol se detenga, que allí se esté o que no se vaya a desbocar en su carrera celeste; que realice lo que es el Analemma, o aparente viaje del trópico de Cáncer al de Capricornio y viceversa. ¿Lo ves allí brotando en el horizonte urbano? Sin él, la nada (¿quién fue el chistoso que dijo aquello de: “en el principio, la nada, y luego se hizo la luz… para que pudiera verse que no había nada…”?).
Navidad, fin de año, fiestas de la luz. ¿Recuerdas al que pregonó aquello de “yo soy la luz…”? Día más, día menos su festividad coincide con el solsticio. En todo caso que la luz no le falte a la ‘suaveáspera’ patria que mucho la necesita pa’ tirar pa’lante; como tú, o quizá más yo que tú. En todo caso tente tú la luz suficiente, y por favor ‘táte’ bien…
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