Por Alvargonzález; 31 de julio del 2002
Dentrada la rectificación a una cita errónea cuando intenté repetir lo que a la más pura usanza tapatía dice mi anacrónico compadre Memo: “pérate pues…”, y con el tiplecillo que usaban los de aquí. Me sirve de punto de partida el ¡pérate pues…! para contarte por qué al plantar la imagen que encabeza el texto sufrí un ataque de profunda melancolía.
Hace años fui a dar a la tele. Con herramientas tan simples como una pequeña cámara y una apresurada labor de edición, tratábamos de reflejar aspectos que no son advertidos por la prisa salarial de los que habitamos en ciudades que por grandes son todo y nada a la vez. Algo similar a lo que ahora hago con la mezcla de imágenes y palabras impresas, y confesar eso tal vez me evidencie como poco ocurrente y repetitivo pero ¡pérate pues…! ¿Melancolía por los buenos años haciendo tele? No.
El caso es que colectando imágenes, cámara en ristre entré en una maderería enorme; apilados allí millones de pies cúbicos (así se comercializa con las llamadas ‘Imperial Measures’ el tablón, y no me preguntes por qué)… Miles de árboles talados, tableados y embodegados.
Estrujamiento que tratamos de transmitir por el extinto Canal 6, y en el tono de algo que se llamó ‘Hasta Agotar Existencias’ sugerimos entonces: “organice con su familia un paseo al bosque pero a ver si lo dejan entrar…” Advertimos a los televidentes que la forma del bosque estaba adoptando características singulares pues los árboles ya no eran frondosos y erguidos, sino planos y acostados. Me consta, por el reclamo posterior, que a los propietarios del tablaje no les pareció la invitación al díadecampo dentro de sus instalaciones… atestadas de bosques rapados. ¿Rapacidad?
Como idea nacional o local no es mala: ¡el bosque sin árboles! Como posibilidad de supervivencia es pésima.
Nostalgia. Melancolía. Todo porque hoy cumplo 20,263 días de vida (vivo al día) y tuve la suerte de conocer la selva tropical que destruiría el sexenio del ‘Arriba y Adelante’ para desarrollar inútiles praderas artificiales; anduve los bosques tupidos y frondosos que el Atenquique papelero arrasó y vi los pinares de Milcumbres, con árboles que apenas varios adultos podrían abrazar. ¿Dónde el bosque quedó? Tablas son billetes y lo demás -que es el futuro colectivo- no importa. Pérate pues…’
“Cuida los árboles. Zona reforestada”. El bosque invisible. Pérate pues, que el futuro no espera.
Venta de los ‘Cincuenta Recuentos’ con Macartur en la librería ‘El Desván de Don Quijote’ (antes ‘La Berinta’), López Cotilla 813 y con Mario o Fabián en el puesto de periódicos ubicado en Américas y Morelos. Abierto todos los días de 8 A.M. a 9 P.M.
Como acostumbra Alvar dice lo que otros no pueden. O las gentes o los árboles, pero donde hay espacio como dice Alvar el abstracto e “imaginario” dinero o el árbol “real”. Yendo para Mascota hay 4 aserraderos, es espantoso el espectáculo de enormes muertos árboles amigos que llevan en 6 camiones de 60 troncos cada uno de 0.5 a 1m en promedio de diámetro desde hace no tengo idea cuántos ¡años! los mismos que son una centésima de lo que tardaron en crecer, he preguntado a los lugareños y nadie responde solo uno se aventuró a decirme que si investigo podría hacerles compañía a mis queridos cuates naturales (ya sufro el cambio climático y pago el precio de la ignorancia e inconciencia). Aún así los árboles luchan por sobrevivir y los hay con su base “hincados” por extraño que parezca, da tristeza verlos vivos en actitud suplicante, ¡la naturaleza grita y el humano no oye!. Una amiga de EU me enseñó la foto de una etiqueta de un piso de madera que compró la cual decía.- materia prima procedente de México manufactura EU. ¿Cuántas tiritititas saldrán de un tronco mexicano de a $X que EU vende a USD$Xala”n”potencia?, EU si tiene a los bosques más cuidados del mundo. Es verdad que aprendemos inglés para ayudarles a ellos NO a nosotros mismos.
Gracias a Alvar por hablar por los que no pueden incluyendo a los árboles, y a mis amigos de aquí los dos gracias por seguir en pie.