Por Alvargonzález; 13 de octubre del 2003
Te digo: una de las defectuosas virtudes del lenguaje es su ambigüedad. Así el simple término que encabeza las subsecuentes líneas puede ser interpretado de forma muy distinta de acuerdo al contexto. Para el adherido a la ‘caspa del chamuco’ una línea le servirá para disfrazar su desesperanza; para el reportero –de otros tiempos, claro–, eso significaba apegarse a la libertad de expresión controlada desde el centro lineal del poder (“sin línea no sirvo” diría tal vez aquel vocero de las “24 Horas”); para los electricistas, en fin, la línea tendida y ‘viva’ es la última razón de ser de su trabajo. ¿Cuál, por cierto, es tu línea?
Ahora iré por la línea de la ‘paremiología’. Sí, esa forma elegante de llamar al estudio de refranes, dichos y proverbios tan repetidos desde hace siglos y falsamente llamados ‘mexicanísimos’. Los mismos decires se repiten en muchos idiomas. ¿Has oído aquel de “poste que crece torcido…”? Pero, me dirás, ¿los postes nacen, o crecen, o se tuercen? Yo me inclino, como el poste de la foto, por lo último: al paso del tiempo, e incluso sin tener líneas arriba (míralo), los postes dan de sí. Entonces debemos corregir el supuesto dicho y señalar que “poste que envejece se tuerce”. ¿Te parece? Pero torcido, incluso en su uso, allí está: ahora sólo su pescuezo sostiene tv cables.
Es que la ciudad cuenta con un repertorio de postes brutalmente encantador. Postes de todo tipo de materiales y edades; útiles e inútiles (los hay, ya te los mostré anteriormente, preñados de líneas telegráficas absolutamente muertas). Es como si fuera un inadvertido museo o muestrario del progreso citadino interconectado por líneas de toda laya y calaña. ¿Cuántas líneas tienes y de qué?
Tomo ahora la línea histórica e inicio al modo clásico: había una vez una población llamada Santa Ana Acatlán que debido a los lineamientos republicanos cambió de nombre y se hizo Acatlán de Juárez. ¿Sabes por qué? Porque camino a Manzanillo por allí pasó el prócer quien –por cierto–, para salvarse de sus clericales enemigos salió del lugar vestido con una sotana que le facilitó el párroco del pueblo… Te digo, la historia está llena de líneas cruzadas, y el asunto no se interconectaría con lo demás si no fuera por un dato que te podrá confirmar cualquier especialista*: los habitantes de ese lugar son los mejores tendedores de líneas eléctricas en una amplia región (incluida Guadalajara). Por una extraña interconexión de clanes familiares se han especializado en ello; en una tensionante y necesaria profesión pues para buen poste nada mejor que una buena línea ¿no?
Final: líneas aéreas, de camiones, de teléfonos, de tv, de talco colombiano… Líneas.
Por cierto ¿quién te ayudó a instalar tu línea de pensamiento? Digo, si es que tienes alguna.
*Gracias al amigo e Ing. Carlos García por el dato corroborado.