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Sr. Grullo

Por Alvargonzález, 27 de enero del 2003

¡Ver pa’creer! Allí dice lo que lees, y eso está… donde está. Se hacen, sí, ¡hechuras! ¿Tomadura de pelo? Más bien creo yo que es reduplicación para que no quede ninguna duda, o para que de tan claro nos empiecen a asaltar todas las dudas. ¿Dudas? Muchas me comenzaron a inquietar cuando vi eso de ‘toda clase… de servicios’ y porque eso de ‘toda clase’ no significa otra cosa sino eso. ¿Entiendes algo?

Dicen las crónicas que vivió en el siglo 16 y que fue asturiano. Pedro se llamó y en siglos anteriores a los Pedros les llamaron Peros; el apellido nos puede sonar extraño a los que no nos apellidamos Palomo, Cuervo, Águila o incluso Pajarito, pues el suyo era el de Grullo. ¿Su profesión? Yo le llamo “obviólogo nuclear” lo cual podría ser traducido -en algunos casos- como “analista político-económico-financiero” o cosas afines. Fue él quien dio su nombre a eso llamado ‘perogrulladas’ o ‘verdades de Perogrullo’ y que no son otra cosa que ¡obviedades! Él fue el autor del libro “Axiomas evidentes de cosas tan sabidas que resultan sandeces”. Creo que lo debía buscar y leer más de algún comentarista.

Mañana, te apuesto, el sol saldrá por el oriente y a las 7:30 am; si no hay nubes no lloverá y si el viento sopla es que habrá viento. Perogrulladas u obviedades incontestables. Pero pérate pues…

La cuestión sería graciosa si no tuviera demasiada seriedad. No se trata de pelucas transgénicas sino de la tomadura de pelo en la que se puede convertir el juego político si no se advierte que en Historia siempre se hacen las mismas hechuras si se ponen los mismos pelos. Maravillosa esa palabra que recientemente ingresó en la lengua colectiva -democracia- pero que exige traducirla de tal forma que no resulte en un nuevo experimento descabellado y descabellante como tantos otros en la suaveásperapatria. ¿Entiendes algo? Si la democracia significa una orquesta en la que todos somos directores y ca’quien con su propia partitura, ya verás la hechura que entre todos haremos. ¡El mero despeluque! Perogrullo vive; obvio. Pero ¿dónde ese letrero?

Te intriga, lo sé. Y como aquí me tienen para tratar de aclarar y no de aoscurar (otra obviedad: lo oscuro es lo opuesto de…) te cuento que di de frente con ese anuncio aparatoso andando por la monstrua capitalina y en la pura (?) avenida de ¡Los Insurgentes! Advierte la obviedad final: si la tal democracia desemboca en puros insurgentes todos, vamos ya trayendo el cabello listo para toda clase de servicios… ¡Vivan las obviedades de Perogrullo!

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8 comentarios en «Sr. Grullo»

  1. Las enseñanzas del Colegio de los Altos Estudios de Tajimaroa siguen y sin pelos en la lengua motivan a la congruencia que tanta falta hace en nuestra suave áspera patria.

  2. Francisco Dietrich Veláquez

    Bien por Ustedes que están rescatando la saduría de Alvar, felicidades. Si hay algo en lo que pueda ayudar con mucho gusto.

  3. Ese pérate pues era mío. En mis conversaciones con Alvar, nos juntábamos los viernes primeros a comer con puros “exfebres” (ex jesuítas), y lo utilizaba él cuando se exasperaba en las argumentaciones que se hacían muy largas y él, con su agilidad de mente, ya tenía a mano dos o tres argumentos para hacernos pedazos. Recordarlo es estar con él de alguna manera.

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