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Supai

Por Alvargonzález; 6 de mayo del 2002

El asunto tiene aristas, y la responsabilidad de todo buen analista es justo esa: pasar revista a todas las aristas. Consonancias aparte, una pregunta: ¿analista yo? Ese es otro asunto.

Obsérvalo y dime. ¿Tras esa actitud de bonhomía y honestidad no estará disfrazado un espía? Tal cual. Es que tú y yo sabemos que los países de la primera división económica internacional practican el llamado ‘espionaje industrial’ y por ello podríamos sospechar que Takashi no es sólo un honorable tortero, sino que ha sido enviado para sustraer la tecnología de punta y tapatía sobre la ‘Tortahogada’. Escalofriante ¿no crees?

Hace años Enrique Flores Tritschler hablaba de algo necesario para llenar un hueco inexistente (esa también la función de la ‘Tortahogada’) y pugnaba por crear la ‘Jalcía’, o Agencia de Inteligencia Jalisciense; ‘intelligentzia’, en su más puro sentido investigativo y subterráneo. De existir tal Agencia seguro ya se habría ocupado de Takashi y de su virotera actividad no lejos de la rectoría de la U. de G.

El muy descendiente del Sol Naciente confiesa 16 años en el oficio. Tú y yo con mediana inteligencia -el menos yo-, sabemos que tal cantidad de años permiten obtener el doctorado en ‘tortología’. Eso se traduce en que tal vez muy pronto Tokio esté disfrutando del invento del Güero de la Torre y sin el pago de regalías. Todo por Takashi y ante ello no resulta descabellado sugerir que Japón y México suscriban lo que podría llamarse ‘Tratado de Atemajac’ mediante el cual nos comprometeríamos a que ningún tapatío iría a vender ese seudoalimento ahogativo llamado ‘sushi’ a los territorios del Trono del Crisantemo; a cambio retirarían la operación de espionaje en torno a su majestad la ‘Tortahogada’, que sí es alimento y sabe a tal. ¿Sushi? En mayo suena mucho peor de lo que sabe ese forraje.

Takashi Shiguematsu Hueno, ese por más señas su nombre completo. Andando el siglo pasado sus padres emigraron de Fukuoka, llegaron a Baja California y luego de lo de Pearl Harbor fueron removidos hacia zonas en donde no asustaran a los que iban a ganar la ‘quesque’ mundial guerra. Por ello vinieron a Guadalajara y aquí el Registro Civil, que por aquel tiempo no aceptaba nombres exóticos, le obsequió al recién nacido en esta ciudad el nombre de Jesús: “mi madre nunca me dijo Jesús porque en su lengua (nipona) ‘je’ significa ‘flátula’ y ‘sús’ es ‘hollín… Por ello siempre me dijo Takashi… Jejeje”. Ya son 16 años en el mismo sitio y con lo mismo: ‘Tortahogada’.

Pero a propósito de aristas y analistas: en Mexticacán -¿verdad amigo Juan López?- hay un monumento a la paleta, homenaje a la tecnología paletera del lugar. ¿Por qué no revocacionar (vaya terminajos que aprende uno) alguna plaza monumental y horrible en la ciudad -ya nos hemos encargado de alguna anteriormente-, y con todo respeto levantar allí el monumento a la ¡‘Tortahogada’!? Tanto que tantos le debemos a la tal torta aquí.

Pronto quizá en Japón aprenderán a comer -tal cual- comida de verdad. Te estamos viendo Takashi, ándate con cuidado… Ya hasta sabemos que en japonés ‘espía’ se dice ‘supai’.


Próximo sábado 2 de octubre: reunión del los ‘Obviólogos del Valle de Atemajac’ de 10 a 12 A.M. en El Desván de Don Quijote, López Cotilla 813, entre Camarena y Rayón. Y todos los martes a las 8 P.M. No faltes.


Venta de los ‘Cincuenta Recuentos’ con Macartur en la librería ‘El Desván de Don Quijote’ (antes ‘La Berinta’), López Cotilla 813 y con Mario o Fabián en el puesto de periódicos ubicado en Américas y Morelos. Abierto todos los días de 8 A.M. a 9 P.M.

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4 comentarios en «Supai»

  1. Debido a que son más metros de tripa que de cerebro, las chefaturas van en ascenso, Alvar lo dice en broma, pero en tv se comprueban toda clase de espionajes descarados al respecto, para satisfacción de insatisfechos.

    1. Gracias por tu comentario, rrgy: Trataremos de seguir así y esperamos no te moleste la siguiente observación; Álvaro González se auto nombraba ‘Vallero’ Solitario y no ‘Llanero’. Vallero porque ventilaba su lengua desde el ‘Valle’ de Atemajac, y ‘Solitario’ porque ‘solitariamente’ hacía su conversa. Muchas veces se mofó de quienes para llenar una hora de radio se valen de invitados, música o ambas cosas, y ya lo ves; Alvargonzález no necesitaba bules para nadar.

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