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Tornillos y ternillas

Por Alvargonzález; 5 de enero del 2004         

Acostumbrados a usarlos, no caemos en la cuenta de su estructura o funcionamiento que  les hacen indispensables; el ponerle una rosca o cuerda en forma helicoidal a un simple clavo, modificó en forma sustancial todo sistema constructivo al permitir ensamblajes mucho más sólidos que los elaborados al empuje de martillazos. ¿Sabes? Después de ‘loantesdicho’ se me ocurre pensar que nuestro historión está elaborado así, a brutales  martillazos, y no con la destreza que supone atornillar cuidadosa y sustentablemente las piezas. Ya verás el por qué mi suposición, pero te aseguro que no hago publicidad a tornilleras de ninguna índole.

A su vez el costillar, el de ca’quien, conforma la caja torácica y protege vísceras de uso continuo. Como no es clase de anatomía sino simple enunciado de términos, te reto a que averigües dónde tienes las llamadas ‘ternillas’. De esa fracción del costillar se deriva eso que causó la muerte de un legendario Pietro Bembo, cuando de risa ¡se desternilló! ¿Nunca te has reído tanto que te duelan las costillas? De lo que te has perdido si no, pero lo que viene a cuento es otra hipótesis: que el historión colectivo es, en algunas versiones, como para eso: desternillarse. Y si no me lo crees mira bien…

Jesús de nombre, sus apellidos García Corona. En 1907 trabajaba como ferrocarrilero para la Moctezuma Cooper Co. (ese nombre, mirado bien, resulta tan ridículo como la independencia económica),  y en la línea Nacozari-Agua Prieta (recuerda que con el ‘Plan de Agua Prieta’, Obregón liberó al país de su enemigo –personal–, Carranza). Esas salvedades aparte, lo que más o menos borrosamente sabemos tú y yo es que un maquinista vio que en los patios de la Estación de Nacozari empezó a quemarse un tren con varios furgones cargados de dinamita, sin titubear enganchó la máquina al convoy y arrancó a toda velocidad. Apenas salía de Nacozari cuando los vagones explotaron: de Jesús ni rastro, pero se salvaron los cinco mil habitantes del lugar, aquel desgraciado noviembre de 1907. La empresa, al fin y al cabo del más allá, logró que el ferrocarrilero fuera galardonado póstumamente con la ‘American Royal Cross of Honor’ y que en Washington se le declarara ‘Héroe de la Humanidad’. O sea que nuestro Jesús García –como nuestros buenos académicos–, obtuvo el reconocimiento en donde se debe obtener porque hagas lo que hagas aquí, si no te reconocen en el más allá, y mejor si es el D.C. que en el D.F., pos no.

Sobre las empresas tornilleras el nombre de una calle: ‘Héroes de Nacozari’. ¿No se supone que fue uno y de nombre Jesús García? Pero pos échale compadre, que al cabo es en la Col. Ferrocarril donde las cuestiones históricas son para desternillarse y no para tomarse en serio. Allí lo que se toma en serio es… Luego te cuento.

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1 comentario en «Tornillos y ternillas»

  1. …pero, ¿no se fue muy de largo la calle y cayo fuera de la colonia ferrocarril?…o la calle de “Jesús García” que atraviesa de Belén a Palomar Arias…¿Sera otro?…o de plano la pusieron ahí nomas adelantito de donde se planto el servicio comunitario como prestación extra-ordinaria para los trabajadores ferrocarrileros de aquel entonces en el edificio de Hospital y Contreras Medellín? y ya con la ciudad “in crechendo” alcanzó los Palomares Arios.

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