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Aniv. de la Rev. (2)

Por Alvargonzález; 19 de noviembre del 2003

¿Qué pasó? La pregunta, así en seco, te podrá parecer disparatada y simplona. Pero si me ayudas a enmarcarla, con otra serie de preguntas -¿cuándo, dónde y cómo?-, podremos entender la intencionalidad de La Historia que no trata sino de resolver tan fundamental cuestión colectiva. Pero te advierto algo, y en segunda instancia: La Historia no es lo que ha pasado, sino en términos funcionales resulta ser lo poco o mucho que sabemos tú y yo de lo pasado. Así vuelvo a intentar la pregunta ya muy delimitada: ¿sabes qué pasó el 20 de noviembre tan festejado revolucionariamente en la ‘suaveáspera’ patria? La respuesta es que realmente en tal día no gran cosa, y a pesar de que en su Plan de San Luis, art. 7º, Francisco I. Madero instaba a que en dicha fecha (1910) “…desde las seis de la tarde todos los ciudadanos tomarán las armas para arrojar del poder…” a Díaz. A excepción de Serdán en Puebla y el día 18, no muchos ciudadanos hicieron gran cosa por seguir los lineamientos del antirreeleccionista que desde 1909 andaba pregonando las virtudes de la democracia por toda la República. Para mayor ironía, por razones de la persecución que contra él había desatado el inamovible Don Porfirio, el prócer nacido en Parras de la Fuente, Coahuila, se encontraba el 20 de noviembre ‘al otro lado’: en San Antonio, Texas.

La figura de Madero se convirtió en mucho bronce y nombre de calles por todos los rumbos del País; pero con eso de que La Historia -vuelta con lo mismo-, convertida en estatuas o pavimentada no responde bien a la cuestión esencial, la figura real del individuo resulta estar envuelta en claroscuros de alto contraste. Sí, cierto, prendió una mecha que ya daba muestras de combustibilidad -recuerda aquello de que nadie detiene una idea a la que le ha llegado su tiempo-, pero tal vez su buena voluntad quedó rebasada por los imprevistos; el conciliador y demócrata acabó envuelto en una maraña de intereses que distaban mucho de ser reconciliables e incluso prensado ¡por la prensa a la que Díaz -como muchos posteriores celebrantes del 20 de noviembre-, bien puestas le tenía las riendas! (recomendación: para las navidades sugiero que se use la total, irrestricta y franca libertad de expresión familiar, olvidando aquello de que no todo lo que se puede decir se debe de decir, lo que permitirá una velada inolvidable y guajolotera… ¡Haz la prueba!)

Allí está Madero, con la desproporcionada manota que le plantó el escultor y que él ciertamente no usó en tono revolucionario (con lo que ello pueda significar). Y allí está, ese su falso nombre colocado en bocacalle, pues en su registro en Parras de la Fuente aparece con el nombre de Francisco ‘Ignacio’ Madero González Garza. ¿Quién le re-puso Indalecio? Te digo, La Historia es más que bronce y placas metálicas de nomenclatura urbana. ¿O no?


Transcripciones de algunas conversas  radiofónicas de Alvargonzález aquí; Transcripciones

Más de Alvargonzález en; www.gatofuentes.com/ ‘Escritos de amigos’.

Venta de los ‘Cincuenta Recuentos’ con Mario o Fabián en el puesto de periódicos ubicado en Américas y Morelos, abierto todos los días de 8 A.M. a 9 P.M. O en López Cotilla 813, entre Camarena y Rayón.

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5 comentarios en «Aniv. de la Rev. (2)»

  1. No tiene la culpa el indio sino el que lo hace compadre. Los dizque dirigentes bélicos no causarían daño sin sus seguidores, que son los que en realidad hacen el daño mayor. El humano se confunde solito entre la ambición monetaria y de poder, se enajena de ideas e incluso de sentimientos. Nadie en el fondo de su alma “quiere dañar” a otro. Solitos nos ponemos el saco, sea chico o grande. Lo importante es agruparnos por ideales para defenderlos mediante el diálogo, Alvar nos demostró el poder supremo de la palabra.

  2. ¿Qué paso? y ¿Qué está pasando? Hay que tomar en cuenta el costo exagerado para mantener y actualizar el ejercito mas poderoso del mundo que requiere de una súper industria militar con su marketing de productos que deben ser renovados y los caducos tienen que ser distribuidos. Se supone que su pueblo lo tiene que mantener, pero imposible por ser la nación más endeudada del mundo, por lo tanto el resto de naciones tiene que cooperar.
    En 1907 USA quedo en crisis económica por el mega fraude de engañar a sus habitantes de convertirlos en ricos sin trabajar, los hacían comprar acciones con una alta rentabilidad (como las cajas populares de ahorro aquí) y todas quebraron a la vez. Entonces no pudieron mantener normalmente a su ejército, pero sí de otras formas.

  3. ¿Qué paso? y ¿Qué está pasando? ¡Balazos a lo menso y muertos a lo menso! En el libro de Temporada de Zopilotes (Taibo) se narra en detalle lo que sucedió para derrocar a Pancho Nacho, y yo me pregunto para que se desperdiciaron miles de balas y cientos de vidas si con una bala se pudo haber sido suficiente para derrocar al chaparrito de Madero. Otra forma de ver lo absurdo son las narraciones originales de los que participaron en la revolución a través de los corridos “Morir por Pancho Villa es cosa de hombres” “Subiendo cerros bajando colinas buscando con quien pelear” lo anterior nos da idea de los valores auténticos de los revolucionarios.

  4. Pues entonces no celebremos al edicto de Panchito, que al final solo buscaba derrocar a Díaz para que todo siguiera igual. Aunque al final todo sigue igual, la lucha de los revolucionarios hizo lo mismo que la de la quesque independencia, solo arruinó la economía y atrasó los avances del país.

    Ya lo decía Alvar, mientras sigamos usando la violencia en lugar del verbo para entendernos y ponernos de acuerdo, será difícil llegar a que el país sea un mejor lugar para vivir y con-vivir.

    Un saludo a todos.

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