Primitivo

Por Alvargonzález; 24 de noviembre del 2003

Lo recuerdo nítidamente: estábamos en tercero de primaria y nos llevaron de visita al Museo del Estado y debíamos hacer luego una composición -¿verdad Maestra Lupita Pérez Baltasar?- bajo el único título que podía ser hecha: ‘Visita al Museo’, y ella no podría haberla comenzado sino de esa forma: “fuimos y vi el brazo de Primitivo Ron, la vaca de dos cabezas y la monja momificada…” ¿Es que había algo más valioso o vistoso en el tal museo? ¿Es que dónde quedó el brazo y luego que el ‘gerententurno’ convirtiera el recinto en galería de arte? Míralo allí en la vetusta foto y dime si hay algo que pudiera ser más atractivo que el brazo seco del magnicida (si es que asesinar gobernadores alcanza la escala magna en el género ‘cidios’: homi-cidios, parri-cidios, sui-cidios, geno-cidios, etc.).

Noviembre ya huele a disecado y nadie se acordó mayormente de lo ocurrido aquel funesto día 10 del año 1889 y que fue domingo. Iba el gobernador al llamado ‘Teatro Principal’ para ver la obra ‘Los Mártires de Tacubaya’, de Aurelio L. Gallardo -obra que por el título debe haber sido de aúpa…-, y caminando de Palacio hacia lo que ahora ‘másmenos’ es Juárez y Molina, un joven se le abalanzó puñal en mano y lo dejó malherido, y tanto que al día siguiente el General Ramón Corona rendía ante el Comandante Supremo el parte definitivo de su batalla terrestre. La esposa del General también resultó herida por el agresor, quien a pocos pasos de allí procedió -supuestamente- a clavarse el mismo cuchillo y murió en el acto. Fíjate como lo digo: no se requiere ser el Dr. Rivas Souza para afirmar que nadie en sus cinco sentidos -ni en cuatro o tres-, es capaz de darse dos puñaladas en el corazón. ¡Según el parte oficial, Primitivo Ron lo hizo! Te digo…

Brillante tipo de su tiempo -¿de cuál más?- fue Ramón Corona. Espada en mano hizo carrera que le llevó desde Buenagua, ranchería cercana a Tuxcueca, hasta ser el Plenipotenciario Representante (tal cual) de México ante España y Portugal durante una década. Cuentan que a él, en Querétaro, Maximiliano le entregó su rendida espada; sabemos que él evitó que ‘los salvajes de Álica’, con el Tigre al frente, arrasaran la ciudad; a él le debe Jalisco la llegada del ferrocarril en 1888. Para los 51 años que tenía cuando lo mataron, mucho había hecho. ¿Lo mataron? ¿No que fue Primitivo el asesino?

¿Será cierto que los soles no admiten nubes? Versos del tiempo: “De inteligencia, valiente/ y de una honradez notoria/ ¿Quién al verlo no presiente/ que coronará su historia/ siendo un digno presidente?” ‘Quesque’ el muy lunático Primitivo, profesor de 21 años, no fue sino el loco-útil (algo así como el Aburto) del Gran Brazo ejecutor que se valió del luego seco brazo del joven Ron (¿dónde lo dejaste ‘gerenteturno’?) para acabar con un competidor potencial. ¿Sería? Nunca lo sabremos con certeza pero muy raro estuvo aquello.

Transcripciones de algunas conversas  radiofónicas de Alvargonzález aquí; Transcripciones

Más de Alvargonzález en; www.gatofuentes.com/ ‘Escritos de amigos’.

Venta de los ‘Cincuenta Recuentos’ con Mario o Fabián en el puesto de periódicos ubicado en Américas y Morelos, abierto todos los días de 8 A.M. a 9 P.M. O en López Cotilla 813, entre Camarena y Rayón.