Trivia y tri-vía

Por Alvargonzález; 8 de julio del 2002

En la Guadalajara colonial, no era difícil encontrar imágenes de santos o figuras religiosas en hornacinas, nichos o expuestas simplemente (como en el caso mostrado), principalmente en las esquinas de las calles. Ante ellas no era raro que los transeúntes hicieran advocaciones u oraran de pasada y andando. Costumbres idas.

En el centro de la ciudad -acerca del mote de ‘histórico’ yo tengo mis serias dudas al respecto-, si te fijas bien no es difícil localizar alguna casa más vieja que antigua en donde aún permanece alguna imagen con esas características y el asunto es ni más ni menos que ‘¡trivial!’ A las pruebas me remito.

Por extraño que te parezca el mestizaje -mezclaje- del que estamos hechos, tiene raigambres ancestrales y milenarias. El simple hecho de que usemos para comunicarnos esta lengua derivada del latín, con sus mil años de historia resonante, nos vincula con una romanidad tan pretérita como próxima. Así, tal cual, y resulta indudable que costumbres romanas se afianzaron profundamente en la Europa conquistada por el Imperio, y ellas nos llegaron ya barnizadas o reconvertidas. Una entre tantas es el asunto de las ‘tri-vialidades’ (escrito de esa forma) que aún prevalece sin que mucho nos enteremos de su origen o significado y que se ha convertido en denominación de boberías preguntadas por el hertzio.

Sucede que en las bifurcaciones de caminos -y no son otra cosa los cruces de calles- los romanos solían colocar imágenes de sus deidades ante las cuales los viandantes al paso por el lugar pedían protección o auxilio para llegar a buen término. Eso es: básicamente una encrucijada de caminos implica tres vías, o ‘tri-vía’. Y por eso aquellos rezos o invocaciones hechas de pasada, rápido, fueron denominados de tal forma: ‘rezos triviales’. No es un fenómeno raro en el lenguaje -la sinécdoque-, mediante el cual el lugar de los rezos acabó denominando a los mismos, e incluso Diana, divinidad protectora de viajeros, fue llamada así: ‘Trivia’. ¿Trivialidades? De ellas está lleno el diario andar.

Costumbres añejas, algunas bien desteñidas por el tiempo y otras transformadas. ¿Será el caso? Te digo que a la pasada y al ‘trotepronto’ era cosa de elaborar algunos rezos, y no de subir hasta donde se encuentra la imagen para los mismos fines. Pero en tratándose de trivialidades ‘ca’quien’ las suyas y su forma de entenderlas. ¿O no?

Transcripciones de algunas conversas radiofónicas de Alvargonzález aquí; Transcripciones

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